domingo, 22 de enero de 2012

Evidencias sobre la existencia de la Atlántida

Muchos creen que la Atlántida es tan solo una fantasía de Platón, pero el deja constancia de que Solón, consiguió hablar con sacerdotes egipcios de Sais sobre el tema de la Atlántida. Éstos le contaron que nueve mil años antes, los atenienses detuvieron el avance del imperio de los atlantes, habitantes de una gran isla llamada Atlántida. Al poco tiempo de la victoria ateniense, dicha isla desapareció en el mar a causa de un gran tsunami.

Pero si no lo que escribe Platón no nos alcanza para convercernos, podemos encontrar un montón de evidencias sobre la existencia de una civilización muy avanzada cercana al año 9500 a.c. Por eso hoy me quiero centrar en este tema y como ya es tarde no voy a ser muy especifico en cada evidencia, sepan disculpar.

Bueno les dejo un punteo de las evidencias:

* Se han encontrado gran cantidad de objetos (monedas, vasijas, etc) de antiguas civilizaciones antiguas que tienen gran similitud con objetos de otras civilizaciones, el tema es que entre esas civilizaciones habian distancias de miles de kilometros. Para esto hay solo dos posibles explicaciones, tuvieron un pasado en común, osea una civilizacion madre, o tenian alguna forma de contacto entre ellas.Yo creo que la primera es la mas factible.

* También se han encontrado restos arquitectónicos y megalitos anteriores a la Edad de Piedra, orientados según esquemas astronómicos. Esto nos indica que hubo una civilización que dominaba la astronomía y la ingeniera en dicha época.

* También podemos encontrar evidencias, en fenómenos naturales, como el equinoccio. Ya que varias civilizaciones antiguas sabían con gran exactitud cuando iban a suceder esos fenómenos. Para tener esa exactitud debieron haberlos estudiados durante muchos siglos. En el caso puntual del equinoccio, el tiempo empleado para llegar al nivel de exactitud de algunas civilizaciones, se calcula en milenios observando dicho fenómeno. Por lo tanto tienen que ser civilizaciones muy antiguas o fueron tomando ese conocimiento de civilizaciones más antiguas
*Otra evidencia de la existencia de una civilización muy avanzada en conocimientos es el misterio del mapa de Piri Reis. En este mapa aparece la Antártica sin hielo, por lo cual este tuvo que ser realizado antes de la Era Glacial, hace por lo menos 11.500 años.

A medida que vaya encontrando mas evidencias, voy a ir actualizando este post. Así que estén atento al perfil de Que Blogazo en Google+, que ahí estaré publicando cada vez que actualice o cree un articulo.

viernes, 20 de enero de 2012

Los relatos de Platón

Este post es solo para dejarles los relatos de Platón por si es de su interes leerlos.Saludos!!!

Fragmento del Texto TIMEO de Platón referido a la Atlántida

Al principio del Diálogo, Sócrates menciona la discusión del día anterior sobre la sociedad "perfecta", (Platón hace aquí referencia a su obra "La República", escrita unos años antes). Sócrates, ante las discusiones hipotéticas de sus estudiantes, les propone una tarea: ejemplificar la perfección de una sociedad que vive de acuerdo con los preceptos expuestos en "La República" y que entabla una guerra justa.
Critias responde diligentemente a la sugerencia del maestro e inicia su explicación:CRI.-- Escucha, entonces, Sócrates, un relato muy extraño, pero absolutamente verdadero, tal como en una ocasión lo relataba Solón, el más sabio de los siete, que era pariente y muy amigo de mi bisabuelo Drópida, como él mismo afirma en muchos pasajes de su obra poética. Le contó a Critias, nuestro abuelo, que de viejo nos lo relataba a nosotros, que grandes y admirables hazañas antiguas de esta ciudad habían desaparecido a causa del tiempo transcurrido y la destrucción de sus habitantes, y, de todas, una, la más extraordinaria, convendría que ahora a través del recuerdo te la ofreciéramos como presente, para elevar al mismo tiempo loas a la diosa con justicia y verdad en el día de su fiesta nacional, como si le cantáramos un himno.
SÓC.-- Bien dices. Pero, por cierto, ¿no explicaba Critias cuál era esta hazaña que, según la historia de Solón, no era una mera fábula, sino que esta ciudad la realizó efectivamente en tiempos remotos?
CRI.--Te la diré, aunque escuchada como un relato antiguo de un hombre no precisamente joven. Pues entonces Critias, así decía, tenía ya casi noventa años y yo, a lo sumo diez. Era, casualmente, la Kureotis, el tercer día de los Apaturia. A los muchachos les sucedió lo que es siempre habitual en esa fiesta y lo era también entonces. Nuestros padres hicieron certámenes de recitación. Se declamaron poemas de muchos poetas y, como en aquella época los de Solón eran recientes, muchos niños los cantamos. Uno de los miembros de la fratría, sea que lo creía realmente o por hacerle un cumplido a Critias, dijo que si bien Solón le parecía muy sabio en todos los otros campos, en la poesía lo tenía por el más libre de todos los poetas. El anciano, entonces --me acuerdo con gran claridad-- se puso muy contento y sonriendo dijo: "¡Ay Aminandro!, ¡ojalá la poesía no hubiera sido para él una actividad secundaria! Si se hubiera esforzado como los otros y hubiera terminado el argumento que trajo de Egipto y, si, al llegar aquí, las contiendas civiles y otros males no lo hubieran obligado a descuidar todo lo que descubrió allí, ni Hesíodo ni Homero, en mi opinión, ni ningún otro poeta jamás habría llegado a tener una fama mayor que la suya". "¿Qué historia era, Critias?", preguntó el otro. "La historia de la hazaña más importante y, con justicia, la más renombrada de todas las realizadas por nuestra ciudad, pero que no llegó hasta nosotros por el tiempo transcurrido y por la desaparición de los que la llevaron a cabo", dijo el anciano. "Cuenta desde el comienzo", exclamó el otro, "qué decía Solón, y cómo y de quiénes la había escuchado como algo verdadero".
"En Egipto", comenzó Critias, "donde la corriente del Nilo se divide en dos en el extremo inferior del Delta, hay una región llamada Saítica, cuya ciudad más importante, Sais --de donde, por cierto, también era el rey Amasis--, tiene por patrona una diosa cuyo nombre en egipcio es Neith y en griego, según la versión de aquellos, Atenea. Afirman que aprecian mucho a Atenas y sostienen que en cierta forma están emparentados con los de esta ciudad. Solón contaba que cuando llegó allí recibió de ellos muchos honores y que, al consultar sobre las antigüedades a los sacerdotes que más conocían el tema, descubrió que ni él mismo ni ningún otro griego sabía, por decir así, prácticamente nada acerca de esos asuntos. En una ocasión, para entablar conversación con ellos sobre esto, se puso a contar los hechos más antiguos de esta ciudad, la historia de Foroneo, del que se dice que es el primer hombre, y de Níobe y narró cómo Deucalión y Pirras sobrevivieron después del diluvio e hizo la genealogía de sus descendientes y quiso calcular el tiempo transcurrido desde entonces recordando cuántos años había vivido cada uno. En ese instante, un sacerdote muy anciano exclamó: '¡Ay!, Solón, Solón, ¡los griegos seréis siempre niños!, ¡no existe el griego viejo!' Al escuchar esto, Solón le preguntó: '¿Por qué lo dices? 'Todos', replicó aquél, 'tenéis almas de jóvenes, sin creencias antiguas transmitidas por una larga tradición y carecéis de conocimientos encanecidos por el tiempo. Esto se debe a que tuvieron y tendrán lugar muchas destrucciones de hombres, las más grandes por fuego y agua, pero también otras menores provocadas por otras innumerables causas. Tomemos un ejemplo, lo que se cuenta entre vosotros de que una vez Faetón, el hijo del Sol montó en el carro de su padre y, por no ser capaz de marchar por el sendero paterno, quemó lo que estaba sobre la tierra y murió alcanzado por un rayo. La historia, aunque relatada como una leyenda, se refiere, en realidad, a una desviación de los cuerpos que en el cielo giran alrededor de la tierra y a la destrucción, a grandes intervalos, de lo que cubre la superficie terrestre por un gran fuego. Entonces, el número de habitantes de las montañas y de lugares altos y secos que muere es mayor que el de los que viven cerca de los ríos y el mar. El Nilo, salvador nuestro en otras ocasiones, también nos salva entonces de esa desgracia. Pero cuando los dioses purifican la tierra con aguas y la inundan, se salvan los habitantes de las montañas, pastores de bueyes y cabras, y los que viven en vuestras ciudades son arrastrados al mar por los ríos. En esta región, ni entonces ni nunca fluye el agua de arriba sobre los campos, sino que, por el contrario, es natural que suba, en su totalidad, desde el interior de la tierra. Por ello se dice que lo que aquí se conserva es lo más antiguo. En realidad, sin embargo, en todas las regiones en las que no se da un invierno riguroso y un calor extremo, la raza humana, en mayor o menor número, está siempre presente. Desde antiguo registramos y conservamos en nuestros templos todo aquello que llega a nuestros oídos acerca de lo que pasa entre vosotros, aquí o en cualquier otro lugar, si sucedió algo bello, importante o con otra peculiaridad. Contrariamente, siempre que vosotros, o los demás, os acabáis de proveer de escritura y de todo lo que necesita una ciudad, después del período habitual de años, os vuelve a caer, como una enfermedad, un torrente celestial que deja sólo a los iletrados e incultos, de modo que nacéis de nuevo, como niños, desde el principio, sin saber nada ni de nuestra ciudad ni de lo que ha sucedido entre vosotros durante las épocas antiguas. Por ejemplo, Solón, las genealogías de los vuestros que acabas de exponer poco se diferencian de los cuentos de niños, porque, primero, recordáis un diluvio sobre la tierra, mientras que antes de él habían sucedido muchos y, en segundo lugar, no sabéis ya que la raza mejor y más bella de entre los hombres nació en vuestra región, de la que tú y toda la ciudad vuestra descendéis ahora, al quedar una vez un poco de simiente. Lo habéis olvidado porque los que sobrevivieron ignoraron la escritura durante muchas generaciones. En efecto, antes de la gran destrucción por el agua, la que es ahora la ciudad de los atenienses era la mejor en la guerra y la más absolutamente obediente de las leyes. Cuentan que tuvieron lugar las hazañas más hermosas y que se dio la mejor organización política de todas cuantas hemos recibido noticia bajo el cielo.' Solón solía decir que al escucharlo se sorprendió y tuvo muchas ganas de conocer más, de modo que pidió que le contara con exactitud todo lo que los sacerdotes conservaban de los antiguos atenienses. El sacerdote replicó: 'Sin ninguna reticencia, oh Solón, lo contaré por ti y por vuestra ciudad, pero sobre todo por la diosa a la que tocó en suerte vuestra patria y también la nuestra y las crió y educó, primero aquélla, mil años antes, después de recibir simiente de Gea y Hefesto, y, más tarde, ésta. Los escritos sagrados establecen la cantidad de ocho mil años para el orden imperante entre nosotros. Ahora, te haré un resumen de las leyes de los ciudadanos de hace nueve mil años y de la hazaña más heroica que realizaron. Más tarde, tomaremos con tranquilidad los escritos mismos y discurriremos en detalle y ordenadamente acerca de todo. En cuanto a las leyes, observa las nuestras, pues descubrirás ahora aquí muchos ejemplos de las que existían entonces entre vosotros. En primer lugar, el que la casta de los sacerdotes esté separada de las otras; después, lo de los artesanos, el que cada oficio trabaje individualmente sin mezclarse con el otro, ni tampoco los pastores, los cazadores ni los agricultores. En particular, supongo que habrás notado que aquí el estamento de los guerreros se encuentra separado de los restantes y que sólo tiene las ocupaciones guerreras que la ley le ordena. Además, la manera en que se arman con escudos y espadas, que fuimos los primeros en utilizar en Asia tal como la diosa los dio a conocer por primera vez en aquellas regiones entre vosotros. También, ves, creo, cuánto se preocupó nuestra ley desde sus inicios por la sabiduría pues, tras descubrirlo todo acerca del universo, incluidas la adivinación y la medicina, lo trasladó de estos seres divinos al ámbito humano para salud de éste y adquirió el resto de los conocimientos que están relacionados con ellos. En aquel tiempo, pues, la diosa os impuso a vosotros en primer lugar todo este orden y disposición y fundó vuestra ciudad después de elegir la región en que nacisteis porque vio que la buena mezcla de estaciones que se daba en ella podría llegar a producir los hombres más prudentes. Como es amiga de la guerra y de la sabiduría, eligió primero el sitio que daría los hombres más adecuados a ella y lo pobló. Vivíais, pues, bajo estas leyes y, lo que es más importante aún, las respetabais y superabais en virtud a todos los hombres, como es lógico, ya que erais hijos y alumnos de dioses. Admiramos muchas y grandes hazañas de vuestra ciudad registradas aquí, pero una de entre todas se destaca por importancia y excelencia. En efecto, nuestros escritos refieren cómo vuestra ciudad detuvo en una ocasión la marcha insolente de un gran imperio, que avanzaba del exterior, desde el Océano Atlántico, sobre toda Europa y Asia. En aquella época, se podía atravesar aquel océano dado que había una isla delante de la desembocadura que vosotros, así decís, llamáis columnas de Heracles. Esta isla era mayor que Libia y Asia juntas y de ella los de entonces podían pasar a las otras islas y de las islas a toda la tierra firme que se encontraba frente a ellas y rodeaba el océano auténtico, puesto que lo que quedaba dentro de la desembocadura que mencionamos parecía una bahía con un ingreso estrecho. En realidad, era mar y la región que lo rodeaba totalmente podría ser llamada con absoluta corrección tierra firme. En dicha isla, Atlántida, había surgido una confederación de reyes grande y maravillosa que gobernaba sobre ella y muchas otras islas, así como partes de la tierra firme. En este continente, dominaban también los pueblos de Libia, hasta Egipto, y Europa hasta Tirrenia. Toda esta potencia unida intentó una vez esclavizar en un ataque a toda vuestra región, la nuestra y el interior de la desembocadura. Entonces, Solón, el poderío de vuestra ciudad se hizo famoso entre todos los hombres por su excelencia y fuerza, pues superó a todos en valentía y en artes guerreras, condujo en un momento de la lucha a los griegos, luego se vio obligada a combatir sola cuando los otros se separaron, corrió los peligros más extremos y dominó a los que nos atacaban. Alcanzó así una gran victoria e impidió que los que todavía no habían sido esclavizados lo fueran y al resto, cuantos habitábamos más acá de los confines heráclidas, nos liberó generosamente. Posteriormente, tras un violento terremoto y un diluvio extraordinario, en un día y una noche terribles, la clase guerrera vuestra se hundió toda a la vez bajo la tierra y la isla de Atlántida desapareció de la misma manera, hundiéndose en el mar. Por ello, aún ahora el océano es allí intransitable e inescrutable, porque lo impide la arcilla que produjo la isla asentada en ese lugar y que se encuentra a muy poca profundidad".

Fragmento del CRITIAS de Platón, referido a la Atlántida.

En esta obra, inacabada, Critias habla con Sócrates, retomando el tema de la sociedad ideal de la Atlántida, aportando una descripción de ella:CRIT. --Tal como dije antes acerca del sorteo de los dioses -que se distribuyeron toda la tierra, aquí en parcelas mayores, allí en menores e instauraron templos y sacrificios para sí-, cuando a Posidón le tocó en suerte la isla de Atlántida la pobló con sus descendientes, nacidos de una mujer mortal en un lugar de las siguientes características. El centro de la isla estaba ocupado por una llanura en dirección al mar, de la que se dice que era la más bella de todas, y de buena calidad, y en cuyo centro, a su vez, había una montaña baja por todas partes, que distaba unos cincuenta estadios del mar. En dicha montaña habitaba uno de los hombres que en esa región habían nacido de la tierra, Evenor de nombre, que convivía con su mujer Leucipe. Tuvieron una única hija, Clito, cuando la muchacha alcanza la edad de tener un marido, mueren su padre y su madre. Posidón la desea y se une a ella, y, para defender bien la colina en la que habitaba, la aísla por medio de anillos alternos de tierra y mar de mayor y menos dimensión: dos de tierra y tres de mar en total, cavados a partir del centro de la isla, todas a la misma distancia por todas partes, de modo que la colina fuera inaccesible a los hombres.
Entonces todavía no había barcos ni navegación. Él mismo, puesto que era un Dios, ordenó fácilmente la isla que se encontraba en el centro: hizo subir dos fuentes de aguas subterráneas a la superficie -una fluía caliente del manantial y la otra fría- e hizo surgir de la tierra alimentación variada y suficiente. Engendró y crió cinco generaciones de gemelos varones, y dividió toda la isla de Atlántida en diez partes, y entregó la casa materna y la parte que estaba alrededor, la mayor y mejor, al primogénito de los mayores y lo nombró rey de los otros. A los otros los hizo gobernantes y encargó a cada uno el gobierno de muchos hombres y una región de grandes dimensiones. A todos les dio nombres: el mayor y rey, aquel del cual la isla y todo el océano llamado Atlántico tienen un nombre derivado; porque el primero que reinaba entonces llevaba el nombre de Atlante. Al gemelo que nació después de él, al que tocó en suerte la parte externa de la isla, desde las columnas de Heracles hasta la zona denominada ahora en aquel lugar Gadirica, le dio en griego el nombre de Eumelo, pero en la lengua de la región, Gadiro. Su nombre fue probablemente el origen del de esa región. A uno de los que nacieron en segundo lugar lo llamó Anferes, al otro, Evemo. Al que nació primero de los terceros le puso el nombre de Mneseo y al segundo, Autóctono. Al primero del cuarto par le dio el nombre de Elasipo, y el de Méstor al posterior. Al mayor del quinto par de gemelos le puso el nombre de Azaes y al segundo, el de Diáprepes. Todos estos y sus descendientes vivieron allí durante muchas generaciones y gobernaron muchas otras islas en el océano y también dominaron las regiones interiores hacia aquí, como ya se dijo antes, hasta Egipto y Etruria.
La estirpe de Atlas llega a ser numerosa y distinguida. El rey más anciano transmitía siempre al mayor de sus descendientes la monarquía, y la conservaron a lo largo de muchas generaciones. Poseían tan gran cantidad de riquezas como no tuvo nunca antes una dinastía de reyes ni es fácil que llegue a tener en el futuro y estaban provistos de todo de lo que era necesario proveerse en la ciudad y en el resto del país. En efecto, aunque importaban mucho del exterior a causa de su imperio, la mayoría de las cosas necesarias para vivir las proporcionaba la isla. En primer lugar, todo lo que, extraído por la minería, era sólido o fusible, y lo que ahora sólo nombramos -entonces era más que un nombre la especie del oricalco que se extraía de la tierra en muchos lugares de la isla, el más valioso de todos los metales entre los de entonces, con la excepción del oro- y todo lo que proporciona el bosque para los trabajos de los carpinteros, ya que todo lo producían de manera abundante y alimentaba, además, suficientes animales domésticos y salvajes. En especial, la raza de los elefantes era muy numerosa en ella. También tenía comida el resto de los animales que se alimenta en los pantanos, lagunas y ríos y los que pacen en las montañas y en las llanuras, para todos había en abundancia y así también para este animal que es por naturaleza el mayor y el que más come. Además, producía y criaba bien todo lo fragante que hoy da la tierra en cualquier lugar, raíces, follaje, madera, y jugos, destilados, sea de flores o frutos. Pero también el fruto cultivado, el seco, que utilizamos para alimentarnos y cuanto usamos para comida -denominamos legumbres a todas sus clases- y todo lo que es de árboles y nos da bebidas, comidas y aceites, y el que usamos por solaz y placer y llega a ser difícil de almacenar, el fruto de los árboles frutales, y cuantos presentamos como postres agradables al enfermo para estímulo de su apetito, la isla divina que estaba entonces bajo el sol, producía todas estas cosas bellas y admirables y en una cantidad ilimitada. Como recibían todas estas cosas de la tierra, construyeron los templos, los palacios reales, los puertos, los astilleros, y todo el resto de la región, disponiéndolo de la manera siguiente.
En primer lugar, levantaron puentes en los anillos de mar que rodeaban la antigua metrópoli para abrir una vía hacia el exterior y hacia el palacio real. Instalaron directamente desde el principio el palacio real en el edificio del Dios y de sus progenitores y, como cada uno, al recibirlo del otro, mejoraba lo que ya estaba bien, superaba en lo posible a lo anterior, hasta que lo hicieron asombroso por la grandeza y belleza de las obras. A partir del mar, cavaron un canal de trescientos pies de ancho, cien de profundidad y una extensión de cincuenta estadios hasta el anillo exterior y allí hicieron el acceso del mar al canal como a un puerto, abriendo una desembocadura como para que pudieran entrar las naves más grandes. También abrieron, siguiendo la dirección de los puentes, los círculos de tierra que separaba los de mar, lo necesario para que los atravesara un trirremes, y cubrieron la parte superior de modo que el pasaje estuviera debajo, pues los bordes de los anillos de tierra tenían una altura que superaba suficientemente al mar. El anillo mayor, en el que habían vertido el mar por medio de un canal, tenía tres estadios de ancho. El siguiente de tierra era igual a aquel. De los segundos, el líquido tenía un ancho de dos estadios y el seco era, otra vez, igual al líquido anterior. De un estadio era el que corría alrededor de la isla que se encontraba en el centro. La isla, en la que estaba el palacio real, tenía un diámetro de cinco estadios. Rodearon ésta, las zonas circulares y el puente, que tenía una anchura de cien pies, con una muralla de piedras y colocaron sobre los puentes, en los pasajes del mar, torres y puertas a cada lado. Extrajeron la piedra de debajo de la isla central y de debajo de cada una de las zonas circulares exteriores e interiores; las piedras eran de color blanco, negro y rojo. Cuando los extranjeros, construyeron dársenas huecas dobles en el interior, techadas con la misma piedra. Unas casas eran simples, otras mezclaban las piedras y las combinaban de manera variada para su solaz, haciéndolas naturalmente placenteras. Recubrieron de hierra, al que usaban como si fuera pintura, todo el recorrido de la muralla que circundaba el anillo exterior fundieron casiterita sobre la muralla de la zona interior, y oricalco, que poseía unos resplandores de fuego, sobre la que se encontraba alrededor de la Acrópolis El palacio dentro de la Acrópolis estaba dispuesto de la siguiente manera. En el centro, habían consagrado un templo inaccesible a Clito y Posidón, rodeado de una valla de oro: ese era el lugar en el que al principio concibieron y engendraron la estirpe de las diez familias reales. De las diez regiones enviaban cada año hacia allí frutos de la estación como ofrendas para cada uno de ellos. Había un templo de Posidón de un estadio de longitud y trescientos pies de ancho. Su altura parecía proporcional a estas medidas, puesto que tenía una forma algo bárbara. Recubrieron todo el exterior del templo de plata, excepto las cúpulas, que revistieron de oro. En el interior, el techo de marfil, entremezclado con oro, plata y oricalco, tenía una apariencia multicolor. Revistieron las paredes, columnas y pavimento de oricalco. Dentro del templo colocaron imágenes de oro: El dios de pie sobre un carro llevaba las riendas de seis caballos alados y tocaba, a causa de su altura, el techo con la cabeza; lo rodeaban cien nereidas sobre delfines -pues los de aquel entonces creían que eran tantas. En el interior había muchas otras estatuas que eran exvotos de particulares. Afuera, alrededor del templo, había estatuas de oro de todos, de las mujeres y de los hombres que habían pertenecido a la familia de los diez reyes, así como muchos otros exvotos grandes de los reyes y de particulares de la ciudad y de todas las regiones exteriores que dominaron. Había un altar que concordaba en su grandeza y su manufactura con esta construcción. El palacio, igualmente, se adecuaba a la grandeza del Imperio, así como al orden alrededor del templo. Para utilizar las fuentes de agua fría y caliente que por naturaleza tenían una abundante cantidad de agua en sabor y calidad excelente para el uso, construyeron alrededor edificios, hicieron plantaciones de árboles adecuadas a las aguas, levantaron cisternas al aire libre e invernales cubiertas para los baños calientes -aparte las reales, las públicas y las privadas, además de otras para mujeres y otras para caballos y el resto de los animales de tiro- y ordenaron convenientemente cada una de ellas. Dirigieron la corriente de agua hacia el bosque sagrado de Posidón -múltiples y variados árboles de belleza y altura sobrenatural por la calidad de la tierra- y hacia los círculos exteriores por medio de canales que seguían la dirección de los puentes. Habían construido en aquel lugar muchos templos para muchos dioses, muchos jardines y muchos gimnasios, unos de hombres, otros, separados, de caballos, en las dos islas de los anillos. Además, en el centro de la isla mayor había un hipódromo de un estadio de ancho colocado aparte, cuya extensión permitía que los caballos compitiesen libremente todo el perímetro. Alrededor de este había, aquí y allí, casas de guardia para la mayoría de guardianes. La guardia de los más fieles estaba dispuesta en el anillo más pequeño y más cercano a la acrópolis y a los que más se distinguían en su fidelidad les habían dado casas dentro de la acrópolis en torno a los reyes. Los astilleros estaban llenos de trirremes y de todos los artefactos correspondientes, todo adecuadamente preparado. Los alrededores de la casa de los reyes estaban arreglados de la siguiente manera: cuando se atravesaban los puertos desde afuera -que eran tres- una muralla se extendía en círculo, a partir del mar -a cincuenta estadios por todas partes el anillo mayor y de su puerto- y se cerraba en la desembocadura del canal en el mar. Muchas casas poblaban densamente toda esta zona; la entrada del mar y el puerto mayor estaban llenos de barcos y comerciantes llegados de todas partes que, por su multitud, ocasionaban vocerío, ruido y bullicio variado de día y de noche.
Ahora ya tenemos recordados la ciudad y los alrededores de la antigua edificación, tal y como se describieron entonces. Debemos intentar recordar el resto de la región, como era su naturaleza y su forma en que estaba ordenado. En primer lugar, se decía que todo el lugar era muy alto y escarpado desde el mar, pero que los alrededores de la ciudad eran llanos, suaves y planos, circundados a su vez de montañas que llegaban hasta el mar. Esta llanura era de forma oblonga y tenía por un lado tres mil estadios y dos mil en el centro desde el mar hacía arriba. Esta zona de la isla estaba de cara al viento sur, de espaldas a la constelación de la Osa y protegida por el viento del norte. Entonces se loaba que las montañas que la rodeaban superaban por su número, grandeza y belleza a todas las que hay ahora y que tenían en ellas muchas ricas aldeas de vecinos, ríos, lagos y prados que daban alimento suficiente a todos los animales, domésticos y salvajes, bosques variados en cantidad y especie que proveían abundantemente para todas y cada una de las obras. La naturaleza y muchos reyes, con su largo esfuerzo, habían conformado la llanura de la siguiente manera. En su mayor parte era un cuadrilátero rectangular, y lo que faltaba para formarlo lo había corregido por medio de una fosa cavada a su alrededor. Aunque la profundidad, ancho y longitud que les atribuyeron eran tan grandes, sin contar con las otras obras, que resultaba increíble para algo hecho por las manos del hombre, debemos decir los que escuchamos. Habían cavado una profundidad de cien pies; el ancho era en todos lados de un estadio y, como había sido cavada alrededor de toda la llanura, llegaba a la ciudad por ambos lados y allí dejaba fluir el agua al mar. Desde su parte superior habían abierto canales rectos de cien pies de ancho que corrían a lo ancho de la llanura hasta desembocar nuevamente en la fosa que daba al mar y distaban entre sí cien estadios de distancia uno de otro. Así bajaban a la ciudad la madera de las montañas y proveían con barcos el resto de los productos estacionales, ya que habían abierto comunicaciones transversales de unos canales a otros y hacia la ciudad. Cosechaban la tierra dos veces por año, en invierno con las aguas provenientes de Zeus, y en verano conducían desde los canales las corrientes que produce la tierra.
En cuanto número, estaba dispuesto que cada distrito de la llanura con hombres útiles para la guerra proveyera un jefe. La extensión del distrito era de diez veces diez estadios y los distritos era sesenta mil. Se decía que la cantidad de hombres de la montaña y del resto de la región era innumerable; todos estaban distribuidos en estos distritos y asignados a jefes según las zonas y las aldeas. Estaba reglamentado que cada jefe proveyera en caso de guerra la sexta parte de un carro de guerra hasta diez mil carros, dos caballos y jinetes, además de un par de caballos sin carro, un infante con escudo pequeño y el guerrero que lucha sobre el carro y conduce los dos caballos, dos hoplitas, arqueros y honderos, también dos cada uno, lanzadores de piedras y lanceros con armamento ligero, tres cada uno, y cuatro marineros para cubrir la tripulación de mil doscientas naves. Así estaba dispuesto lo concerniente a la guerra en la ciudad real, lo de las nueve restantes lo estaba de otra manera que llevaría mucho tiempo relatar.
Lo relativo a los puestos de gobierno y los honores estuvo ordenado desde el principio de la siguiente manera. Cada uno de los diez reyes imperaba sobre los hombres y sobre la mayoría de las leyes en su parte y en su ciudad, y castigaba y mataba a quien quería. El gobierno y la comunidad de los reyes se regían por las disposiciones de Posidón tal como se las transmitía la constitución y las leyes escritas por los primeros reyes en una columna de oricalco que se encontraba en el centro de la isla en el templo de Posidón, dónde se reunían, bien cada lustro, bien, de manera alternativa, cada seis años, ara honrar igualmente lo par y lo impar. En las reuniones, deliberaban sobre los asuntos comunes e investigaban si alguno había infringido algo y lo sometían a juicio. Cuando iban a dar veredicto se daban primero las siguientes garantías unos a otros. Rogaban a Posidón que tomara la ofrenda sacrificial que le agradara de entre los toros sueltos en su templo y ellos, que eran sólo diez lo cazaban sin hierro, con maderas y redes. Al que atrapaban lo conducían hacia la columna y lo degollaban encima de ella haciendo votos por las leyes escritas. En la columna, junto a las leyes, había un juramento que proclamaba grandes maldiciones para os que las desobedecieran. Tras hacer el sacrificio según sus leyes y ofrecer todos los miembros del toro, llenaban una cratera y vertían en ella un coagulo de sangre por cada uno. El resto lo arrojaban al fuego una vez que habían limpiado la columna. Luego, mientras extraían sangre de la cratera con fuentes doradas y hacían una libación sobre el fuego, juraban juzgar según las leyes de la columna y castigar si alguien hubiera infringido algo antes, y, además, no infringir intencionalmente en el futuro ninguna de las leyes escritas, ni gobernar ni obedecer a ningún gobernante, excepto aquel que ordenara según las leyes del padre. Una vez que cada uno de ellos hubo prometido esto de sí y de su estirpe, bebido y dedicado la fuente como exvoto en el templo del dios y se hubo ocupado de la comida y de las otras necesidades, cuando llegaba la oscuridad y se había enfriado el fuego sacrificial se vestían con un bellísimo vestido púrpura y se sentaban en el suelo junto a las ascuas del juramento sacrificial. Durante la noche, tras apagar el fuego que se encontraba alrededor del templo, eran juzgados y juzgaban si alguien acusaba a alguno de ellos de haber infringido alguna ley. Cuando terminaban de juzgar, ala hacerse de día, escribían los juicios en una tablilla de oro y la ofrendaban como recuerdo junto con las vestimentas. Había muchas otras leyes especiales acerca de los honores de cada uno de los reyes; lo más importante: no atacarse nunca unos a otros y ayudarse todos en caso de que alguien intentara destruir la estirpe real en alguna de sus ciudades, y tomar en común, como antes, las determinaciones concernientes a la guerra y a otras actividades, bajo la conducción de la estirpe de Atlante. Ningún rey podía matar a ninguno de su parientes, si no contaba con la aprobación de más de la mitad de los diez.
Según el relato, tan gran potencia y de tales características existentes entonces en aquellas zonas ordenó y envió el Dios contra nuestras tierras por la siguiente razón. Durante muchas generaciones, mientras la naturaleza del Dios era suficientemente fuerte, obedecían las leyes y estaban bien dispuestas hacia lo divino emparentado con ellos. Poseían pensamientos verdaderos y grandes en todo sentido, ya que aplicaban la suavidad junto con la prudencia a los avatares que siempre ocurren y unos a otros, por lo que excepto la virtud, despreciaban todo lo demás, tenían en poco las circunstancias presentes y soportaban con facilidad, como una molestia, el peso del oro y de las otras posiciones. No se equivocaban, embriagados por la vida licenciosa, ni perdían el dominio de sí a causa de la riqueza, sino que, sobrios, reconocían con claridad que todas estas cosas crecen de la amistad unida a la virtud común, pero que con la persecución y la honra de los bienes exteriores, estos decaen y se destruye la virtud con ellos. Sobre la base de tal razonamiento y mientras permanecía la naturaleza divina, prosperaron todos sus bienes, que describimos antes. Más cuando se agotó en ellos la parte divina porque se había mezclado muchas veces con muchos mortales y predominó el carácter humano, ya no pudieron soportar las circunstancias que los rodeaban y se pervirtieron, y al que los podía observar les parecían desvergonzados, ya que habían destruido lo más bello de entre lo más valioso, y los que no pudieron observare la vida verdadera respecto de la felicidad, creían entonces que eran los más perfectos y felices, porque estaban llenos de injusta soberbia y de poder. El Dios de Dioses Zeus, que reina por medio de leyes puesto que puede ver tales cosas, se dio cuenta de que una estirpe buena estaba dispuesta de manera indigna y decidió aplicarles un castigo para que se hicieran más ordenados y alcanzaran la prudencia. Reunió a todos los dioses en su mansión más importante, la que, instalada en el centro del universo, tiene vista a todo lo que participa de la generación y, tras reunirlos, dijo...
(El texto termina así, abruptamente, al parecer no pudo terminarlo o nos ha llegado incompleto).

La Atlántida: ¿realidad o fruto de la imaginación de Platón? TEORÍAS

Como ya habíamos estado hablando, en el anterior post, sobre el misterio de la Atlántida y el poder que tiene este misterio para sembrar especulaciones en las cabezas de historiadores e antropólogos, voy pasar directo a los frutos que dieron esas cabezas.
Unos de los primeros que formulo una teoría sobre este misterio, fue Francisco López de Gómara en 1552 a través de su obra Historia General de las Indias, en ella afirma que Colón pudo haber estado influido por la leyenda Atlántida para encontrar América y que pudo haber un vinculo entre aztecas y atlantes.
Durante los siglos XVI y XVII, varias islas figuraron en los mapas como restos del continente perdido. En 1626, el filósofo inglés Francis Bacon publica The New Atlantis, utopía a favor de un mundo basado en los principios de la razón y el progreso científico y técnico.
A partir del siglo XIX, la historia de la Atlántida adquiere una gran fascinación en la gente, la cual continua hasta hoy en día. En 1869, Julio Verne escribe Veinte mil leguas de viaje submarino, en esta novela se describe el encuentro de los protagonistas con los restos de la sumergida Atlántida. Pero Verne no era el único de su época que escribiría sobre este tema. En 1883, Ignatius Donnelly, llamado por muchos como el primer “atlantólogo” por su gran interés en el tema, publica Atlantis: The Antediluvian World. En dicha obra, a partir de las semejanzas que él aprecia entre las culturas egipcia y mesoamericana, hace converger una serie de antecedentes y observaciones que lo llevan a concluir que hubo una civilización desaparecida que fue la madre de todas las civilizaciones y que ha perdurado gracias a la leyenda de la Atlántida.

Ignatius Donnelly
El impulso que generado la obra de Donnelly, motivo a muchos historiadores y arqueólogos a desarrollar teorías que ubican la Atlántida en diferentes lugares y asociando a los atlantes con diferentes civilizaciones antiguas.
Asi fue que en 1888, la mística Madame Blavatsky publicó La Doctrina Secreta. Allí aludía al El Libro de Dzyan un supuesto documento tibetano cuyo origen sería la Atlántida. Según ella, los atlantes habrían sido una raza de humanos anterior a la nuestra, cuya civilización habría alcanzado un notable desarrollo científico y espiritual, superior al actual. Tambien vincula a la Atlantida con otros supuestos continentes perdidos como Mu y Lemuria.
Despues, entrado ya el siglo XX, el británico Frost sugiere que el imperio atlante era solo una representación literaria del imperio cretense, que por lo que se sabe era tan poderoso que dominaba a la Grecia primitiva. Cuando fue realizada esta teoría, no fue muy aceptada por los expertos pero al transcurrir el tiempo empezó a ser más difundida y asi fue captando seguidores, hasta ser una de las teorías con más apoyo.
Este apoyo fue gracias al arqueólogo griego Marinatos y al sismólogo Galanopoulos, ya que el primero en 1938, plantea el fin de la civilización cretense a causa de la erupción del volcán de Santorini. Y el segundo ya que en 1960, después de varios años de trabajo, publica un artículo en donde relaciona la tesis de Marinatos con los textos de Platón. Estos hechos le dieron credibilidad que le faltaba a la teoría de Frost.
En 1940, un médium norteamericano predice que en 1968 la Atlántida volveria a la superficie en las costas de Florida y la describió como una civilización altamente evolucionada, que estaba dotada de barcos y aviación alimentados por un misterioso tipo de cristal energético. Un año después de dicha fecha se descubre en las aguas cercanas a la isla de Bimini, a menos de 100 km de Miami, una formación rocosa a menos de 10 metros de profundidad. A esta formación se le llamo Muro de Bimini y fue considerada como parte de la Atlántida, ya que cumplía con la predicción del médium. Pero para los expertos geólogos solo se trata de una simple formación geológica y no de los restos de una civilización perdida.
Muro de Bimini

La mayoría de estas teorías, incluyendo la de Donnelly, fueron desechadas por la comprobación del fenómeno de la deriva continental durante los años 50. Por esto, en la actualidad la mayoría de las teorías se acercan más a la teoría de Frost que a la de Donelly, o sea, que estas proponen que la civilización atlante fue descrita por Platón basándose en alguna civilización conocida.



En 2001, el investigador Jim Allen aseguró encontrar pruebas de la perdida isla en el altiplano boliviano, en Pampa Aullagas. El mismo Allen dirigió un documental para Discovery llamado La Atlántida en los Andes. Esta teoría se basa en los resultados de investigaciones respecto a la formación mineralógica del Altiplano, así como también en resultados de una expedición realizada en 1999 en el lago Titicaca. Además, Allen y otros arqueólogos, datan el origen de las ruinas de Tiahuanaco, presentes en la zona, en unos doce mil años atrás, ósea alrededor del año10.000 a.c.. Esto coincidiría con la fecha de la Atlántida platónica.
Pero para la comunidad científica esta teoría es inválida, ya que las dataciones propuestas para Tiahuanaco y las extrapolaciones a partir de los textos antiguos, contradicen todos los estudios realizados al respecto. Igual los defensores de esta teoría no bajan los brazos, estos dicen que la teoría podría explicar el misterio del hallazgo de trazas de nicotina y cocaína en momias egipcias. También hacen notar el parecido de Tenochtitlán, construida por los aztecas en el siglo XIV, con la descripción de Platón de la Atlántida.

Ante la cantidad de sitios propuestos para la Atlántida el periodista Michael Shermer, sostiene que todas las teorías sobre donde se encuentra la Atlántida no son del todo completas y que poseen muchos defectos. Por ello, dicho periodista rechaza en general estas teorías y señala que el mito es solo una percepción de Platón que plasmo en los relatos sobre las consecuencias que traía la guerra en lo económico y social. Estos relatos solo presentarían una enseñanza sobre una civilización que al enriquecerse quiere ganar territorios y poder sobre las demás civilizaciones, y por esto fue e castigada por sus dioses
Toma del satélite IRS

En 1996,dos investigadores alemanes, Werner Wickboldt y Rainer W. Kühne, gracias al satélite indio IRS hallan formas geométricas sobre el terreno del Espacio Natural de Doñana, cercano al Estrecho de Gibraltar. Pero estos alemanes no fueron los primeros en proponer ese lugar para el emplazamiento de la Atlántida, ya que anteriormente fue propuesta por dos españoles: José Pellicer de Ossau en 1673 y Juan Fernández Amador en 1919; después, por los alemanes Adolf Schülten en 1922, y por ultimo Otto Jessen y Richard Hennig en los años 30. Las imágenes captadas por el satelite muestran dos posibles estructuras rectangulares y un par de posibles formas circulares concéntricas que han sido interpretadas por Werner Wickboldt como restos de los templos de Cleito y Poseidón.
Sin embargo, en el 2005, estudios arqueológicos y geológicos realizados en el campo por un equipo multidisciplinar de investigadores en el marco del Proyecto Hinojos, demostraron que en ese lugar no existieron nunca ninguna construcción con aquellas características y que solo era una ilusión óptica originada por las sombras y restos de canales naturales de ríos, en una foto de satélite demasiado alejada y con poca resolución.
En el 2002, el chileno Jaime Manuschevich, plantea en su libro "La Atlántida, el mito descifrado" que el lugar de la Atlántida es el territorio norte del Gran Valle del Rift, que hoy corresponde a Israel y el Sinaí, que fue una isla hasta el 5600 a.c., rodeada por el valle de Jeezrael por el norte, por el Mar Muerto y el Mar Rojo por el este y el Golfo de Suez por el oeste. 

Pero casi una década después de captadas las imágenes, en el 2005, un equipo multidisciplinar de investigadores trabajando para el, mediante las pruebas realizadas por ellos demostraron que esas figuras no pertenecían a la Atlántida.
Basados en esta investigacion National Geographic emitió en el 2011 un documental llamado "Finding Atlantis", bajo la conducción del profesor Richard Freund, este basó en hipótesis de autores españoles y alemanes, defiende que la localización de la capital de la Atlántida sería en los terrenos del Parque de Doñana, la cual habría sido enterrada por un inmenso tsunami.

Hasta aquí venia siguiendo el orden cronológico de las teorías pero debido a que no pude encontrar fechas de las siguientes teorías, las deje para lo ultimo y aquí van...

Cordillera del estrecho de Gibraltar
Según el español Paulino Zamarro, la posible ubicación fuera en el actual Mar Mediterráneo durante la última era glaciar y dicen que en dicha era, el estrecho de Gibraltar estaría unido con la costa africana por una cordillera. Dicha cordillera, a la hora del deshielo, habría colapsado por la presión ejercida por las aguas del Atlántico y así se habría generado el gran tsunami que arraso con la Atlántida. Pero tambien dicen que hubieron sobrevivientes y que estos se dispersaron por los territorios cercanos. La mayor parte de ellos se habrían ido a la región de Palestina y habrían fundado el reino de Israel, lo que explica a los fenómenos religiosos relacionados con el Arca de la Alianza y otros sucesos.

Según el investigador aficionado Georgeos Díaz-Montexano, estaría junto al Estrecho de Gibraltar, pero sobre tierras europeas. Su teoría la defiende con la similitud entre Europa y la descripción hecha por Platón sobre la isla de la Atlántida. Principalmente se basaba en que se hallaba más allá de las Columnas de Hércules y que la isla tenia diez reinos entre los cuales tenía uno denominado Gadeira.
En esta misma línea otros autores basandose en la descripción de Europa hecha por Herodoto, la describe como igual de extensa que Asia y Libia juntas, afirman que la Atlántida podría ser la costa atlántica del continente europeo y que su gigantesco tamaño podría corresponder al empleo de ese lugar común establecido por Herodoto y respetado por Platón. En resumen, aseguran que los atlantes podrían ser alguna civilización que haya habitado del extremo occidente de Europa..

Acá les dejo otros posibles lugares, con menos apoyo de los expertos, por si les interesa averiguar sobre ellos...

* Según Arisio Núñez, estaría en algún lugar del Océano Índico, como Indonesia.
* Según Jürgen Spanuth, estaría en algún lugar de los países nórdicos, como Dinamarca.
* Según Peter James, estaría en una antigua ciudad de Anatolia.
* Podría corresponder a alguna de las islas del mar Mediterráneo: Creta, Santorini, Chipre, Cerdeña, etcétera.
* En algún lugar de la Polinesia, o de Japón, o de Hungría.
* Según Charles Hapgood en obras como "The Earth's Shifting Crust" o "The Maps of the Ancient Sea Kings" se encontraría en la Antártida.
*Según Michael Tsarion, la Atlántida sería la base desde la que una raza extraterrestre dirigió la hibridación terrestre-alienígena de la que desciende la humanidad actual.

Bueno esto es todo por este articulo, nos estaremos encontrando muy pronto en artículos sobre algunas de las diferentes teorías, espero que sean de su agrado.Saludos!!!

jueves, 19 de enero de 2012

La Atlántida: ¿realidad o fruto de la imaginación de Platón? INTRO


Durante varios milenios, y con mas énfasis en los dos últimos siglos, la idea de una civilización que fue sepultada bajo las aguas de algún lugar del mundo ha alimentado la imaginación de los aficionados de los misterios y despertado el interés de historiadores y antropólogos por encontrarla. Dicha civilización eran los Atlantes, oriundos de una isla desaparecida llamada la Atlántida.







El origen de los Atlantes, su cultura y la localización de la isla, hasta hoy en día, son unos de los grandes misterios de la humanidad, por eso este misterio ha sido un gran motivo de especulaciones. Algunas de estas dicen que eran una civilización tecnológicamente más avanzada tecnológicamente a la nuestra e inmensamente rica en recursos, y otra que dicen que no existe que solo es un paralelismo de otras civilizaciones. Pero como en todo misterio inexplicable, no pueden faltar las teorías que tiene como centro la intervención extraterrestre, o sea dicen que esta civilización no era terrestre y por algún tiempo eligieron la Tierra para habitar y partieron sin dejar rastros. Por ahora dejemos las especulaciones de lado, en otros artículos hablaremos sobre ellas, así que vayamos a lo poco que se ha documentado sobre esta civilización.


Los primeros documentos en los cuales se mencionaba y se describía la Atlántida fue en los diálogos de Timeo y Critias, estos fueron escritos por el famoso filósofo griego Platón alrededor del año 347 a.c. En estos textos se describía de forma precisa dicha civilización y se afirmaba que era una historia verídica. Por esto, a partir del siglo XIX, llevo a que se hayan propuesto centenares de posibles lugares, basados en la descripción de Platón, para la ubicación de esta isla.


En la actualidad, sabemos que estos relatos son demasiados idílico y que presentan algunos datos con muy poca lógica, por lo que nos resulta poco creíble. Pero igual vamos a entrar de lleno en estos textos, ya que podríamos sacar datos interesantes de ellos, así que a continuación va un breve resumen sobre estos…


Los relatos de Timeo y Critias


En el Critias, cuenta una historia que de niño le conto su bisabuelo y que este, a su vez, supo de Solón, el un legislador ateniense, a quien se la habían contado sacerdotes egipcios.


La historia que narra, se remonta en el tiempo a nueve mil años antes de la época de Solón, para contar cómo los atenienses detuvieron el avance de los atlantes, habitantes de isla llamada Atlántida, situada más allá de las Columnas de Hércules. Tambien cuenta que al poco tiempo de ser derrotados, la isla dfue sumergida por el mar a causa de un terremoto y de un gran maremoto (llámese tsunami).


En el Timeo, Critias habla de la Atlántida durante un debate sobre la sociedad ideal. Ahí aprovecha a contar de cómo él se enteró de la historia y cómo fue que Solón la escuchó; da unas “pistas” sobre la ubicación de la isla y la extensión de sus dominios en el Mediterráneo; cuenta sobre la victoria de los atenienses y, finalmente, cómo fue que la Atlántida se perdió en las aguas el mar. En el Critias, se relata sobre la historia, geografía, organización y gobierno de la Atlántida. Luego comienza a contar sobre cómo fue que sus dioses decidieron castigarlos por su soberbia. Este relato no tiene final ya que se interrumpe abruptamente.




Ahora pasemos a lo que este texto nos permite deducir sobre la Atlántida, la historia del imperio Atlante y la caída del mismo...
Una de las ubicaciones mayor aceptación




Según Platón la Atlántida se encuentraba frente a las Columnas de Hércules (lugar que la mayoría de los expertos sería el estrecho de Gibraltar) y la describe como una isla más grande que Libia y Asia menor juntas. También habla de su geografía como extensa y llana que en cuyo centro había una colina, y que a su vez estaba rodeada de tres anillos concéntricos de mar.






Representación gráfica de la Atlántida
En la cima de esa colina se situaba un templo dedicado a Poseidón y Clito rodeado por un muro enteramente de oro. A su lado, otro templo de Poseidón estaba hecho de plata.




Favorecida por Poseidón, la tierra de la Atlántida era abundante en recursos. Había toda clase de minerales (además de los ya nombrados también había estaño y oricalco, este ultimo los expertos suponen que era una aleación natural del cobre), grandes bosques que proporcionaban ilimitada madera; numerosos animales y variados alimentos provenientes de la tierra.










Pasemos a lo que se habla sobre la historia de los atlantes…


Cuenta el relato que Poseidón era el amo y señor de las tierras atlantes, ya que por el reparto de tierras entre los dioses, a Poseidón le correspondió la región a la cual pertenecía la Atlántida. Por este motivo los atlantes veneraban a este dios.


El relato cuenta que Poseidón se enamoró de una mortal llamada Cleito y para protegerla, creó dos anillos concéntricos de mar en torno de la montaña que habitaba su amada. La pareja tuvo diez hijos, para los cuales el dios dividió la isla en respectivos diez reinos. Al hijo mayor, Atlas, le entregó el reino que comprendía la montaña rodeada de círculos de agua, dándole mayor autoridad que los restantes hermanos. Pero no se termino ahí, ya que en honor a él, la isla fue llamada Atlántida y el mar que la rodeaba, Atlántico.


Por último vayamos a la caída del imperio…


La Atlántida era gobernada por leyes que se encontraban escritas en una columna de oro y cobre que se situaba en el centro de la isla. Las principales leyes eran aquellas que disponían que los distintos reyes debían ayudarse mutuamente, no atacarse unos a otros y tomar las decisiones referidas a la guerra por consenso y bajo la dirección del hermano mayor Atlas.




Templo de Poseidón


Cuando los hijos de Poseidón se dejaron llevar por el gran poder que tenían sobre las demás civilizaciones, la soberbia y las ansias de más poder se volvieron características de los atlantes. Según el Timeo, comenzaron una política de expansión que los llevó a controlar los pueblos de Libia hasta Egipto y de Europa, hasta Tirrenia. Pero eso fue hasta que trataron conquistar a Grecia y Egipto, en donde con ayuda de los atenienses fueron derrotados.


Por esa soberbia los dioses decidieron castigar a los atlantes, pero el relato se interrumpe justo en el momento en que los dioses se reúnen para determinar la sanción. Nadie sabe si ese es el fin del relato o si con el correr del tiempo esas paginas se perdieron, pero la mayoría de nosotros asumimos que el castigo fue un gran terremoto que hizo grandes destrozos en la isla seguido un tsunami que termino de sepultarla en las aguas del mar.


Este articulo, como lo dice el titulo, fue a modo de introducción, en los próximos capítulos nos introduciremos mas en las teorías que se han propuesto y en las noticias que puedan surgir sobre este misterio.


Para finalizar les dejo algo de humor gráfico...





Hasta el proximo artículo y gracias por su preferencia. Saludos!!!